Penal de Piedras Negras, búnker de Los Zetas
Un informe del Colmex asegura que había un área donde asesinaban y deshacían los restos de las víctimas.
El penal de Piedras Negras, oficialmente un Centro de Reinserción Social, ocultaba en su interior otra realidad. Entre el 2011 y 2012 era un búnker de operaciones del cártel de Los Zetas. Allí además de modificar vehículos y confeccionar uniformes, encerraban a secuestrados, los asesinaban y disolvían sus restos en diesel.
De acuerdo con la investigación “El Yugo Zeta” realizado por académicos del Colegio de México y la Universidad Iberoamericana contiene declaraciones de 11 miembros de Los Zetas, 49 internos, 21 custodios y 18 empleados del centro penitenciario.
La indagatoria revela que los Zetas operaban por completo el penal, el cual contaba con “jefe de Cárcel” quien “se encargaba de manejar la plaza dentro de la cárcel para que estuviera tranquilo y funcionara bien la venta de drogas entre los internos”, detalla. Las autoridades por su parte, no hacían nada por impedirlo.
Junto al área donde cometían los asesinatos y deshacían los cuerpos se situaba una de las torres de vigilancia del penal. Varios presos al servicio del grupo criminal portaban armas.
Con la venta de droga y extorsiones, el cartel lograba reunir al año cerca de 75 mil dólares. Los sobornos eran desde 50 dólares al mes por guardia raso y 500 del director del penal, quienes también eran intimidados.
El jefe zeta de cárcel, un expolicía preso detenido allí, contaba con privilegios como salir a tomar un café custodiado o podía seleccionar a esposas de los internos para mantener relaciones sexuales.
Los investigadores aseguran que miembros del gobierno estatal y federal sabían lo que ocurría al interior del penal. En 2011, la CNDH anunció públicamente que la prisión estaba controlada por los internos. “Algunos funcionarios fueros testigos presenciales de un secreto a voces”.