El trastorno desintegrador infantil forma parte de los trastornos del aprendizaje y del desarrollo y es aquel en el que un niño aparentemente sano comienza a actuar como un niño más pequeño o con alguna regresión.
Se trata de un trastorno poco frecuente pero grave, pues el niño que por lo general tiene más de cuatro años, interrumpe su desarrollo normal y regresan a un nivel mucho más bajo de aprendizaje, por lo general, después de enfermedades graves como una infección del cerebro o del sistema nervioso.
El niño que padece este trastorno, presenta un desarrollo normal hasta la edad de tres o cuatro años, es decir, que aprende hablar e ir al baño y se comporta apropiadamente, pero después de un periodo de tiempo, puede ser una semana o unos meses, se muestra irritable y con cambios de humor como el de un bebé.
Los niños incluso olvidan el lenguaje y las habilidades motrices o sociales que aprendieron durante su vida, y además suelen perder el control de la vejiga o de la evacuación intestinal, de acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General.
Además, desarrollan dificultades de interacción social y comienzan a tener conductas repetitivas similares a las que se dan en los niños con autismo, de acuerdo con un artículo, la prevalencia de este trastorno es de uno de cada nueve en una población de 100 mil.
Sin embargo, este trastorno no tiene un tratamiento específico ni curación y la mayoría de los niños, sobre todo, los que presentan una discapacidad intelectual más grave, necesitan apoyo de por vida.
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erv