Mantener la calma ante la picadura de un alacrán o cualquier otro animal ponzoñoso, es fundamental para evitar que el veneno viaje más rápido a través del torrente sanguíneo y produzca la muerte.
Ana Lilia Carlos Delgado, integrante del equipo responsable de la Colección Nacional de Arácnidos del Instituto de Biología (IB) de la UNAM explicó que el veneno de alacrán contiene cientos de componentes químicos diferentes.
La mayor parte de estos químicos son toxinas y que al adherirse a las proteínas del cuerpo humano, desencadenan una intoxicación que se acelera si la persona víctima de una picadura no mantiene la calma.
“Cuando entramos en estado de pánico, el corazón se acelera, las pulsaciones empiezan a aumentar, eso hace que el cuerpo se oxigene y la sangre empiece a circular más rápido, entonces la intoxicación en vez de avanzar en una o dos horas, lo hace en minutos”, aclaró.
La Secretaría de Salud ha reportado que tan solo en la Ciudad de México, cada año aumenta entre 10 y 20% el número de casos por mordedura o picadura de animales ponzoñosos como alacranes, víboras de cascabel, orugas y arañas.
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Con información de Notimex
lmo