El ajo, una planta que no puede faltar en tu botiquín
Generalmente es usado para dar sabor a las comidas, pero, detrás de su penetrante aroma existe un sinfín de propiedades terapéuticas que pocos se atreven a probar.
Todos conocemos el inconfundible y penetrante aroma que despide el ajo, ya sea crudo o cocido, el cual es la causa de nauseas de muchos, quienes sólo con olerlo prefieren mantenerse alejados de él.
Sin embargo, el ajo cuenta con una variedad de beneficios para nuestra salud, bastante bien documentada por los egipcios, los babilonios, los romanos y los chinos; que sin duda te hará pensar dos veces antes de hacerlo a un lado.
La sustancia activa del Allium sativum (por su nombre científico), es la alicina; un compuesto azufrado que posee diversas actividades farmacológicas de interés que se libera cuando el ajo es cortado, machacado o masticado.
El ajo crudo tiene propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas, actuando contra numerosos virus y bacterias; además de contar con un poder antioxidante. Dentro de las principales enfermedades que puede tratar se encuentran:
Resfriados y gripe
Al consumir tres dientes de ajo crudo al día, ayuda a combatir las afecciones en las vías respiratorias. Promueve la desinfección, desinflama los bronquios, acaba con la congestión y sirve como expectorante.
Acné
Si es aplicado como mascarilla, el poder antioxidante del ajo ayuda a la piel a regenerarse y mantenerse joven. La suaviza y fortalece, por lo que se ha popularizado su uso.
Infecciones intestinales
Consumir de tres a cuatro dientes de ajo diariamente como parte de una dieta depurativa, que incluye miel, jugo de limón, semillas de calabaza, zanahoria y betabel, ayuda a expulsar los parásitos del tracto digestivo.
Pie de atleta
Gracias a que el ajo es un fungicida natural muy potente, es ideal para tratar infecciones micóticas, como el pie de atleta. Basta con machacar una cabeza de ajo y combinarlo con agua tibia dentro de un contenedor. Sumergir los pies 30 minutos basta para ver resultados.
Mejora la circulación
El ajo ayuda a disminuir el colesterol, por lo que también disminuye las obstrucciones arteriales o arteriosclerosis que es la causante de la mayoría de los infartos al corazón y los derrames cerebrales. La vitamina B que proporciona esta planta, actúa sobre las paredes de los vasos sanguíneos, combatiendo las enfermedades del corazón.
Si bien estos son sólo algunos de los beneficios, la lista es bastante extensa. Ahora es momento de comenzar a hacer un pequeño cambio en nuestra dieta diaria y dejar que uno de los mejores aliados para nuestra salud haga de las suyas.
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