Avanza la autoconstrucción asistida
México es un país amoroso, solidario y caritativo, que muestra su mejor lado cuando la necesidad se hace presente.
Para llegar a la comunidad de Huamúchil, en San Dionisio Del Mar, Oaxaca hay que hacer toda una peregrinación desde la central camionera más cercana en Juchitán. Durante el camino a esta pequeña comunidad, ubicada a las orillas del mar, las imágenes son por completo desoladoras.
Hay más casas derrumbadas y cuarteadas que las que quedaron en pie. No hay esquina donde no se vea un montón de escombro, o los restos de las pertenencias de los habitantes que alguna vez durmieron bajo eso techos de lámina.
Algunos de los caminos y veredas también fueron afectados y las grietas se hacen presentes. Mientras bajamos en medio de la selva los zopilotes planean sobre nosotros, otro augurio de la desgracia que estábamos por ver. Varias horas de camino después llegamos a Huamuchil, un pequeño poblado de no más de 2 mil 400 habitantes, todos ellos gente humilde y de escasos recursos que sobreviven gracias a la pesca y otras actividades de la región como la elaboración de los típicos totopos.
La necesidad es obvia y grande, la gente sigue durmiendo fuera de sus casas, desde esa noche del 7 de septiembre no ha dejado de temblar, “la tierra no deja de sonar” dicen los pobladores. ¿Cómo se concilia el sueño cuando todo está destruido?, ¿cómo se mantiene la calma cuando no se tiene un hogar?
Hoy “El casino”, como le llaman los pobladores a una gran bodega que ha servido como refugio a los damnificados, está llena de personas esperando poder recibir un apoyo y entre ellas está María Dionicia Gallegos Ríos, una madre soltera con dos pequeñas niñas de 12 y 8 años que solo perdió todo. La casita de lámina que había construido con todo su esfuerzo se vino abajo, nada quedó de ella ni de sus pertenencias. “Las cosas materiales no importan, lo importante es que estamos bien” dice ella.
Pero esa mañana muchas cosas cambiarían para Mary y sus pequeñas. Fundación Azteca de Grupo Salinas como parte de los esfuerzos por levantar a las comunidades afectadas por los sismos ha llevado la Autoconstrucción Asistida hasta su hogar. Los cimientos ya están instalados y junto con su comunidad trabajarán mano a mano y asesorados por especialistas para reconstruir sus casas.
Este es el resultado del esfuerzo que tanto sociedad civil, como empresas privadas y con gran compromiso social como Grupo Salinas han puesto en quienes más lo necesitan en estos momento.
Cabe recordar que la autoconstrucción asistida es un esfuerzo conjunto entre la sociedad solidaria, empresas comprometidas con el bienestar social como Grupo Salinas y Totalplay, quienes a través del Movimiento Azteca 100 y el concierto de Manzanero celebrado el 12 de octubre en el Centro Cultural Roberto Cantoral, se lograron recaudar fondos para construir 400 viviendas, además ha sido la oportunidad para contribuir activa y permanentemente al levantamiento y futuro del país.