Chenalhó y el regreso de las ánimas

Los Tzotziles tienen la creencia de que las almas van al paraíso y rejuvenecen para renacer una vez más en la tierra

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En el corazón de losAltos de Chiapas se encuentra el orgulloso Pueblo Tzotzil que forma parte de la familia mayense en México, aquí las mujeres tienen la importante labor de tejer ropa, una actividad que los dioses han mandado exclusivamente para ellas, así como tener hijos.

En el municipio donde habitan, San Pedro Chenalhó, se tiene la creencia de que al morir las almas van al paraíso o Katibak, donde se vive muchos años en abundancia y rejuveneciendo para renacer una vez más en la tierra.

En Chenalhó el recibimiento a los espíritus de los difuntos solo se festeja el primero de noviembre.

Los preparativos comienzan en la madrugada cuando una res es sacrificada para hacer un cocido con verduras que se ofrece a las ánimas.

Al amanecer suenan los tambores, truenan los cohetes y se echan a volar las campanas para mostrarles a las almas el camino; las mujeres pasean las imágenes de las vírgenes por el centro para hacer la purificación del Lum.

En la puerta del templo de San Pedro amarran un lazo al badajo de la campana principal que desciende hasta donde está una triada de cruces, y con esta cuerda se crea un espacio simbólico donde las ánimas pueden tomar un espacio para “vivir” en la tierra por este día.

A diferencia de otros lados, en su ceremonia llamada sk’in ch’uelelalo o fiesta de las almas la gente puede llorarle a sus familiares por ser un día de duelo y tristeza.

kcg