Continúa la oposición a matrimonios igualitarios como muestra de discriminación

Fue en mayo de 2016 cuando el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, presentó una iniciativa al Congreso de la Unión para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Dicha iniciativa, fue vista con buenos ojos por todos los medios a nivel nacional e internacional ya que promueve un trato igualitario para cualquier miembro de la sociedad y busca erradicar la discriminación existente en el país hacía las personas por sus preferencias sexuales.

Sin embargo, la propuesta de Peña Nieto se ha quedado sólo en una buena intención, ya que una gran parte de los Congresos estatales no aprobaron la iniciativa o, incluso, no han comenzado a discutirla. Son únicamente 12 los estados donde la ley avala el matrimonio homosexual, entre ellos están: Jalisco, Morelos, Chihuahua, Michoacán y la Ciudad de México, siendo esta última la primera entidad en aceptarlo desde 2009.

Son diversos los factores que han impedido una aceptación por parte de la sociedad para estos matrimonios: los prejuicios y tabúes que han formado parte del pensamiento de un gran sector de la población en México y la oposición por parte de las autoridades de la iglesia católica, religión que cuenta con el mayor número de fieles en nuestro país.

En la entrega del semanario Desde la fe publicado el 12 de julio de 2015, se mencionó que estas uniones pueden provocar “daños a la salud física, psicológica y espiritual”, además de tener una “altísima probabilidad de terminar con una grave enfermedad”.

El avance para un trato igualitario para los miembros de la denominada comunidad LGBTTI marcha a un ritmo muy lento en México; además, otras de las cuestiones que ha generado cientos de opiniones a favor y en contra en los últimos años es la adopción por parte de las parejas gay, tema que avanza aún más lento que la legalización del matrimonio homosexual.

dgp