A las 23:00 horas del primero de junio, Bill de Blasio, alcalde de la ciudad de Nueva York, EUA, impuso un histórico toque de queda con el fin de evitar otra noche de protestas violentas provocadas tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de policías estadounidenses.
Tras cuatro noches de manifestaciones con saqueos en el corazón de Manhattan, el alcalde decidió imponer toque de queda y desplegar a 4 mil policías aparte de los desplegados por Trump, para frenar las afectaciones a pesar de haberse resistido a la medida hace dos días.
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erv