El primer ministro Boris Johnson ordenó el lunes a los británicos quedarse en sus casas para detener la propagación del COVID-19.
En este sentido, ordenó que todas las tiendas, excepto las esenciales, deben cerrar de inmediato, además de que no podrá haber reuniones con familiares o amigos, de hacerlo se harán acreedores a una multa, advirtió en un mensaje a nivel nacional.
Esto luego de que este lunes se reportaran 54 nuevos fallecimientos en Gran Bretaña, sumando 335; además anunció que el ejército ayudara a enviar millones de artículos de protección personal, incluidas máscaras, a trabajadores de la salud.
“A partir de esta noche debo dar al pueblo británico una instrucción muy simple: deben quedarse en casa”, enfatizó.
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