El Chapo enterraba vivos o lanzaba a hogueras a rivales: Testigo

Isaías Valdez, exguardaespaldas y exsecretario de Guzmán relató tres de los asesinatos cometidos por el líder del Cártel de Sinaloa.

Actualizado el 09 junio 2020 17:01hrs 1 minutos de lectura.
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Escrito por: Redacción adn40
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Foto: Especial

Un testigo en el juicio que se realiza en Brooklyn en Nueva York en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán relató tres de los macabros asesinatos cometidos por el líder del Cártel de Sinaloa en 2006 o 2007.

Según el testimonio del testigo fueron balazos a la cabeza y cuerpos lanzados a hogueras o enterrados vivos, eran los métodos que utilizó Guzmán Loera para acabar con la vida de estas personas.

Durante tres meses de juicio se ha oído varias veces testimonio sobre los asesinatos que Guzmán ordenó, pero nunca los cometidos por él mismo.

Isaías Valdez, exguardaespaldas y exsecretario de Guzmán, dijo que el primero ocurrió cerca de Bastantitas, en Durango. Se trató de un miembro del cartel rival de los Arellano Félix que Ismael “El Mayo” Zambada le envió a Guzmán en una avioneta.

El hombre ``venía bastante torturado”, eso enojó a el Chapo, ya que no podría sacar demasiada información de él.

El Chapo visitó al secuestrado al tercer día y ordenó a sus hombres trasladarse a otro campamento cercano al cementerio de Bastantitas, en donde ordenó a sus hombres cavar un hoyo sin que los oyera la víctima. El secuestrado estaba atado de pies y manos, Guzmán, que llevaba una pistola pequeña de calibre 25, lo interrogó de nuevo y mientras le respondía, le disparó.

El segundo asesinato explicado fue de dos miembros de los Zetas, otro cartel rival. En una llamada, Guzmán se enteró de que se los enviaban. “Chavalones, nos mandan un regalo”, dijo Valdez que Guzmán les comentó a sus trabajadores.

Guzmán pidió a sus empleados que los fueran‘calentando’, lo que significa que pedía que empezaran a golpearlos y él mismo los apaleó durante largo tiempo con un tronco y con un arma.

Tras ordenar que se hiciera una hoguera, los hombres de Joaquín trasladaron a ambos Zetas en cuatrimotos cerca de esta. Mataron a cada uno de un tiro en la cabeza y luego ordenó que se lanzaran los cuerpos al fuego, ordenando que no quedaran ni sus huesos, según Valdez.

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