El Papa Francisco lamentó la “indiferencia que mata” y permite que algunos “pisoteen” a Medio Oriente, cómplices de la violencia y el fundamentalismo porque están “en busca de poder y riquezas”.
La mañana de este sábado, el pontífice cumplió una visita relámpago a la sureña localidad italiana de Bari, donde encabezó una inédita jornada de oración y diálogo por la región más caliente del mundo, junto con líderes de iglesias cristianas ortodoxas y orientales.
Al introducir el acto, frente al puerto de la ciudad, Jorge Mario Bergoglio recordó que Medio Oriente es “encrucijada de civilizaciones” y “cuna de las grandes religiones monoteístas”.
“Pero sobre esta espléndida región se ha ido concentrando, especialmente en los últimos años, una densa nube de tinieblas: guerra, violencia y destrucción, ocupaciones y diversas formas de fundamentalismo, migraciones forzosas y abandono, y todo esto en medio del silencio de tantos y la complicidad de muchos”, indicó.
“Oriente Medio se ha vuelto una tierra de gente que deja su propia tierra. Y existe el riesgo de que se extinga la presencia de nuestros hermanos y hermanas en la fe, desfigurando el mismo rostro de la región, porque un Oriente Medio sin cristianos no sería Oriente Medio”, añadió.
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