El pasado martes Luis Enrique Monroy Bracamontes, un mexicano indocumentado fue sentenciado a pena de muerte tras declararse culpable por el asesinato de dos policías en Estados Unidos; sin embargo, al escuchar su castigo aterró con su respuesta a los presentes.
“Ojalá hubiera matado a más. Pronto me escaparé y mataré a más”, dijo tras escuchar el veredicto del tribunal de California, después de cuatro horas de deliberación.
Bracamontes dijo en varias ocasiones que deseaba la pena de muerte, pues desde siempre admitió haber matado a los oficiales Danny Oliver y a Michael Davis.
“Es un ser humano asqueroso y malévolo y la pena de muerte es totalmente acertada”, mencionó Devon Bell, sheriff de Placer.
La esposa del hombre sentenciado, Janelle Monroy, también es acusada de ser cómplice en los hechos y ya fue condenada a 24 años de cárcel a cumplirse previamente a otra sentencia de 25 años o cadena perpetua.