Esta semana, Donald Trump anunció que el acero y sus derivados se gravarán con un 25%, mientras que para el aluminio se aplicará un 10%, aunque los detalles aun no están están aún por decidir.
El presidente justificó su decisión en su cuenta de Twitter, en la que afirmó que su país sufre el “comercio injusto” de sus competidores.
“Nuestras industrias de acero y aluminio (y muchas otras) han sido diezmadas durante décadas por el comercio injusto y la mala política con países del mundo. No podemos permitir que se sigan aprovechando de nuestro país o nuestras empresas. ¡Queremos libre, justo e INTELIGENTE COMERCIO!”, escribió en Twitter.
Desde que llegó a la presidencia, Trump ha denunciado reiteradamente lo que considera competencia abusiva de China, cuyas prácticas, asegura, perjudican a la industria estadounidense y a sus trabajadores.
Aún no se sabe si se aplicarán los aranceles a todas las importaciones o solo a las de algunos países, pero algunos aliados tradicionales de Estados Unidos, como Alemania o Canadá podrían ver sus productos también perjudicados.