Corea del Norte se ha convertido en uno de los mitos más grandes de la historia contemporánea. Ya sea por las grandes interrogantes sobre su particular estilo de vida y gobierno o por la constante tensión entre ese país y el mundo Occidental, Norcorea levanta interés internacional a menudo.
El fuerte despliegue militar en Corea del Norte, causado por la presencia de barcos estadounidenses en la Península de Corea, ha generado zozobra internacional. Mientras que Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, amenazó a la Unión Americana con un ataque nuclear, Rex Tillerson, secretario de Estado de EE.UU, reconoció que la relación entre su país y Corea del Norte está en un fuerte momento de deterioro. Fuentes cercanas a la Casa Blanca, el día viernes, dieron a conocer que trascendió que Jong-un estaba preparando un ataque nuclear a ser lanzado este sábado.
Raymond Cunningham es un periodista británico dedicado a estudiar las relaciones entre Corea del Norte y el mundo. Experto en la peculiar personalidad de Kim Jong-Un, Cunningham viaja cada seis meses a Corea del Norte para emprender su investigación. Junto con un pequeño grupo de reporteros, Raymond Cunningham es de los pocos autorizados a retratar el estilo de vida norcoreano.
En un artículo publicado en Quora, Cunningham dio testimonio del terror que impone Kim Jong-un en los ciudadanos de su país. Siguiendo una estricta política en contra de la disidencia política, Kim Jong-un no permite que se hable mal de su administración en ningún tipo de contexto.
Trascendió también, en ese sentido, que Kim Jong-un es el tipo de líder que disfruta del reconocimiento internacional. Con ese objetivo, ha dedicado un sinfín de recursos públicos a la modernización de Pyongyang, capital de Corea del Norte. Aunque muchos de los edificios que se han construido no tienen ningún fin específico, para Norcorea es importante mantenerse a la “vanguardia”.
Por otra parte, los crímenes más insignificantes pueden acarrear graves sanciones. Un caso fehaciente de ello fue el caso de Otto Warmbier, un estudiante estadounidense que, durante un viaje a Corea del Norte, fue arrestado por “tratar de vandalizar propaganda oficial de Kim Jong-un”. Su sentencia fue de 15 años en un campo de trabajo pesado.
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