Un aproximado de 10 mil texanos, que conforman la Asociación de Vida Silvestre de Texas (TWA, por sus siglas en inglés) dieron a conocer que se oponen a la construcción del muro deDonald Trump.
Sin embargo, los propietarios de tierras fronterizas y que poseen alrededor de 16 millones de hectáreas de ranchos y terrenos de arrendamientos de caza, están a favor de las medidas que regulan la migración ilegal en la frontera.
“TWA cree que es necesario un control de inmigración ilegal y el tráfico de contrabando en Texas, pues afecta directamente la seguridad de la nación y la seguridad de los terratenientes, ganaderos y administradores de vida silvestre en la región fronteriza”.
Así mismo, la asociación está preocupada porque el muro podría afectar corredores silvestres por donde pasan animales.
“Sin embargo, a la TWA le preocupa que una barrera física en la frontera rural de Texas con México, pueda resultar en la condena sustancial de la propiedad privada por el dominio eminente, que interrumpiría el acceso del propietario, el ganado y la vida silvestre al agua del Río Grande”.