Más cuentos de El Faraón por Gabriel Hernández: En la época de mis primeros escarceos con el micrófono y una cámara de televisión se dio en un evento en Morelia, a finales de 1997, en la presentación del grupo Intocable, organización musical que volvía a los escenarios después de un accidente automovilístico muy lamentable en la que perdieron la vida, dos de sus integrantes.
EMI Music era su compañía discográfica, mi amiga Lidia Salazar, la encargada de llevarnos y atendernos para lograr las entrevistas y la grabación de los musicales que usaríamos, en aquellos días para los programas, Corazón Grupero y En Medio del Espectáculo.
Mi padre es un hombre que se formó en los caminos de la vida, trabajando muy fuerte para apoyar a su familia, que en los días de su adolescencia, requería de toda la ayuda posible para saldar una deuda, que mi abuelo necesitaba saldar lo más pronto posible. A bordo de un camión que transportaba cajas de refrescos, los dos, escuchaban las historias cotidianas que se narraban a través de los corridos. Canciones populares que servían como las enciclopedias de la época.
Muchos años después, y tras haber escuchado las variadas e impresionantes historias de aquellos caminos de una incipiente Ciudad de México, cayó en nuestras manos, un cassette, de esos de grandes éxitos de los Tigres del Norte, con los mejores corridos interpretados por la agrupación sinaloense. “El Avión de la Muerte”, “Pacas de a kilo” “Pedro y Pablo” fueron temas muy conocidos por la familia, inclusive antes de si quiera pensar en la vocación del periodismo de espectáculos.
Durante el evento en Morelia, Lidia Salazar, que nada tenía que ver con Los Tigres del Norte, me llevó con ellos y logró que pudiera entrevistarlos. Ahí hice gala de mis conocimientos de las letras de sus canciones, de las historias de los migrantes y de cómo habían impactado las vidas de aquellos hombres que gozaban ya, de una enorme popularidad ganada a través de muchos años de canciones y presentaciones multitudinarias.
Don Jorge Hernández, líder y vocalista del grupo, me dijo. “Tú y tu cámara se quedan aquí en el escenario con nosotros” le dio instrucciones a su equipo de seguridad para que se nos dejaran trabajar sin restricción. Todo por aquel cassette de éxitos y por el recuerdo de las historias de los corridos, que forjó una gran amistad que perdura hasta hoy. Los Tigres y yo, seguimos en el tránsito de las historias, que parecen no tener final.
Por: Gabriel Hernández Miranda. “El Faraón Del Espectáculo”
@Faraon_Gabriel
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