Quiso suicidarse y un trasplante de rostro le dio otra oportunidad

Katie se disparó con una escopeta lo cual le dejó el rostro completamente desfigurado.

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Katie Stubblefield tenía 18 años cuando tuvo un encuentro cercano con la muerte que le dejó el rostro desfigurado en 2014.

Katie sufrió una decepción amorosa que le provocó una depresión tan fuerte que intentó quitarse la vida al dispararse con una escopeta en la cara, sin embargo falló y perdió la frente, nariz, senos paranasales, parte de su boca y mandíbula.

Afortunadamente vivió para contarlo, pero ese 25 de marzo de 2014 quedará en su memoria porque ese día la llevó a convertirse en la mujer más joven en recibir un trasplante de rostro en EUA.

Luego de enterarse del suceso, el equipo de National Geographic la acompañó y documentó cada una de las 22 cirugías reconstructivas que tuvo en una clínica de Ohio, en las que se usó parte de su muslo e impresión en 3D para reconstruir su mandíbula.

La cirugía de Stubblefield fue financiada por el Instituto de Medicina Regenerativa de las Fuerzas Armadas quien considero que Katie era una buena candidata por su edad y el tipo de heridas que tenía. Después de un año en lista de espera, la chica operada en mayo de 2017.

Inicialmente estaba previsto que se hiciera un procedimiento parcial, pero luego se decidió usar más tejido de la donante para mejorar la compatibilidad y luego de 31 horas de cirugía Katie salió victoriosa y ahora puede masticar, tragar y respirar por cuenta propia, aunque todavía tiene dificultades para hablar.

“Espero ir a la universidad; quiero dedicarme a hablar con los adolescentes sobre la prevención del suicidio y el valor de la vida luego de esta segunda oportunidad que se me dio. Mucha gente me ayudó y ahora yo quiero ayudar a otra gente” mencionó a National Geographic.

“Mi primer deseopara Katie es que sea feliz, eso es lo más importante” mencionó Brian Gastman, cirujano plástico de la Clínica Cleveland y destacó que le gustaría que Katie tuviera cierto nivel de normalidad en su vida.

Andrea Schneider de 31 años fue la donadora y murió en 2017 por una sobredosis.

Hasta la fecha solo hay 40 personas en el mundo que han recibido un trasplante de rostro. El primer trasplante total se realizó en España en 2010.

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erv