Autoridades aduaneras búlgaras condenaron a muerte a Penka, una vaca, por salir sin autorización de la Unión Europea y adentrarse a Serbia cuyo país no pertenece a la UE, informan medios locales búlgaros.
El animal se encontraba pastando en la frontera en el pueblo de Kopilovtsi cuando desapareció de la vista de su dueño Ivan Haralampiev.
Dos semanas después fue encontrada por un granjero serbio quien quiso devolvérsela a su dueño original, sin embargo no pudo hacerlo ya que las autoridades búlgaras les pedían a los dos granjeros un certificado para que la vaca pudiera entrar al territorio búlgaro.
Al no contar con los papeles, las autoridades exigieron que Penka debía ser sacrificada para no poner a la nación en peligro, puesto que la vaca se encontraba embarazada y podía poner en riesgo a la nación y propagar enfermedades.
“Honestamente, no entiendo para qué es esa regla. Esto ocurre siempre. No hay fronteras para los animales, y las vacas, los gatos, los perros..., siempre entran y salen de Serbia y Macedonia” declaró el dueño de Penka al medio de comunicación británico The Telegraph.
“Creemos que el caso de Penka refleja una falta de compasión por parte de los funcionarios de la UE hacia la gente común, como con el propietario de Penka, que está absolutamente consternado” señala la petición.
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