La Ciudad de México, construida en su totalidad sobre un lago, alberga a más de 20 millones de personas. Sus orígenes se remontan a la fundación de la Ciudad de Tenochtitlán, capital del imperio. Las ruinas de esta antigua civilización descansan en gran parte del centro histórico, entre ellas el Templo Mayor.
Diversos estudios, difundidos desde el 2013, han arrojado datos del hundimiento general de la Ciudad de México; en promedio son 10 centímetros de hundimiento anual pero en algunos casos esta cifra aumenta a los 40 centímetros anuales, calificado como hundimiento acelerado.
Dentro de este promedio acelerado se encuentran las ruinas del Templo Mayor, el directo de este recinto, Carlos Javier González González, ha explicado que “…en el pasado, los conquistadores que llegaban a la ciudad construían sobre las ciudades anteriores, de manera que en el centro de México contamos hoy con tres capas de restos de civilizaciones: la prehispánica, la colonial y, por último, la moderna, que es la que se encuentra en la superficie en la actualidad.
“Al producirse este hundimientolas construcciones prehispánicas que están abajo, por decirlo así, empiezan a empujar, a ejercer presión sobre las construcciones modernas, que se encuentran actualmente sobre la superficie y todo esto provoca problemas estructurales en muchos edificios”, agregó Gonzáles.
Además de esta causa “natural”, algunos especialistas han advertido sobre el riesgo de la aceleración del hundimiento del Templo Mayor en caso de que las autoridades decidieran secar el manantial que se encuentra debajo de la Casa de las Ajaracas.
ulm