La sonda Voyager 1 fue lanzada por la Nasa el 5 de septiembre de 1977 desde Florida, Estados Unidos (Cabo Cañaveral).
Mientras que la Voyager 2 fue puesta en marcha el 20 de agosto del mismo año, cuyo propósito era explorar Júpiter y Saturno; su gemelaUrano y Neptuno.
Lo que nunca se imaginaron es que esta dos pequeñas “viajeras” continuaran hasta ahora en su misión, pues los ingenieros de la agencia aeroespacial estadounidense calcularon que su travesía debía durar un máximo de cuatro años.
Hoy en día, ambas sondas siguen su tarea de transmitir datos a la Tierra. Su larga vida se debe a la fuente de energía nuclear, llamadas generadores radioisotópicos termoeléctricos.
Sin embargo, no son su única fuente de energía. De acuerdo conSuzanne Dodd, responsable del proyecto Voyager: “cada uno de los subsistemas en las sondas eran redundantes, de manera que si un propulsor fallaba, la nave podría usar el de apoyo. Esa redundancia ha ayudado a que las naves sigan activas durante tanto tiempo”.
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