El ingeniero Sergio Santos dio un paso más en la tecnología, en esta ocasión, aplicada a un juguete sexual llamado “Samantha”, al que le colocó un sistema de inteligencia artificial.
Sergio fue un estudiante de ingeniería electrónica y un aficionado por la filosofía y la psicología, lo que lo puso a pensar en este prototipo.
El inventor, que cuenta con experiencia en la programación de asistentes virtuales, implantó una memoria artificial a la muñeca, además de sensores táctiles que responden a los estímulos recibidos.
“Para minimizar fallos, he hecho que Samantha no haga nada a no ser que esté 100 por ciento segura de que se lo has pedido. Y a veces, como medida extra de seguridad, preguntará para asegurarse”, declaró al respecto.
Para su siguiente prototipo desea implantar “un código moral, de manera que cuando se le hable, le cambie la personalidad”.