Bítacora de Guerra por Hannia Novell : Las víctimas de la violencia en México tienen nombre de mujer. Debanhi, Yolanda, Ariadna, Fernanda y miles de mujeres más, diariamente, son víctimas de brutales agresiones.
Cifras oficiales muestran que, entre 2015 y 2022, fueron asesinadas 27 mil 133 niñas y mujeres. Miles de mujeres caminamos juntas este miércoles 8 de marzo porque hay un denominador común en todos esos casos: la indolencia y la impunidad; prevalecen prejuicios para investigar y juzgar la violencia de género y, específicamente, los feminicidios.
Abarrotamos las calles porque los agujeros legales o las deficiencias en los sistemas judiciales han permitido que los feminicidas se encuentren en libertad, sin sentencia o pagando condenas menores, mientras las familias siguen de luto, llenas de miedo y enfermas de rabia.
En la mayoría de los más de mil 100 asesinatos, la muerte de las mujeres estuvo marcada por una crueldad inhumana: el 64.6 por ciento de los homicidios se utilizó un elemento distinto a una arma blanca o arma de fuego. Los perpetradores de la violencia no tuvieron conmiseración de sus víctimas.
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Todas ellas fueron atacadas con la intención de provocarles dolor y sufrimiento con golpes, encierros y amenazas; asaltos de violencia con estrangulamientos, asfixia y envenenamiento; agresiones con agua hirviendo o sustancias químicas sobre el rostro o el cuerpo.
Datos de feminicidio y violencia
El análisis de los datos sobre feminicidios y homicidios intencionales, publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), muestra la magnitud que alcanza la violencia extrema contra niñas, adolescentes y mujeres adultas en nuestro país. Sólo uno de cada cinco crímenes cometidos contra las mujeres fue clasificado e investigado como feminicidio.
El 75 por ciento restante, es decir, 20 mil 350 asesinatos fueron registrados como homicidios intencionales, sin que mediara la perspectiva de género de los protocolos, leyes y códigos penales vigentes. Ley muerta, impunidad constante.
Los datos analizados también indican que la mitad de los feminicidios perpetrados contra menores de edad se registraron en el Estado de México, con una incidencia de 17.3 por ciento; Veracruz, Chiapas, Nuevo León y Puebla. Se trata de entidades federativas con diferentes niveles de bienestar y seguridad, que han sido incapaces de proteger a las mujeres.
Niñas, adolescentes, mujeres adultas y de la tercera edad que tampoco encontraron seguridad al interior de sus hogares. Recordemos que la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021), demostró que 42 de cada 100 mujeres de 15 años y más que vivió algún episodio de violencia durante su infancia, tuvo lugar en casa y la principal persona agresora fue un tío, una prima, un hermano, el padrastro, madrastra, el padre o la madre.
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Es urgente que las autoridades federales, estatales y municipales tomen con seriedad la seguridad y el bienestar de las mujeres. Menos tuits en el mundo virtual y más acciones concretas para proteger a las niñas, adolescentes y mujeres adultas en el México real.
La violencia contra las mujeres difícilmente podrá ser erradicada si no fortalecemos los mecanismos de prevención de cualquier manifestación de la violencia y si no aseguramos la sanción de todos los feminicidas, violadores, golpeadores, acosadores y pedófilos.
Las mujeres seguiremos siendo aliadas, amigas y hermanas y enfrentaremos, con la fuerza de la unidad, las agresiones, la hostilidad y la impunidad. #NiUnaMás
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