¿La modernización acaba con los trabajos convencionales? Esto pasó con la historieta
Durante años la historieta fue reconocida en México como el ocio ideal de las personas, pero ¿qué pasó con los dibujantes con la llegada de la computadora?
Mecanógrafos, telefonistas convencionales, ascensoristas e historietistas, estos son algunos de los trabajos que durante años fueron considerados como parte esencial de la vida cotidiana en México pero que tras la modernización, fueron desapareciendo con la llegada de nuevas tecnologías.
Por ejemplo, hoy en día con un simple smartphone puedes realizar llamadas a otras ciudades o países sin la necesidad de comunicarte con un telefonista que redireccione la solicitud. Incluso antes los ascensoristas tenían la labor de controlar el funcionamiento de los elevadores, lo cual hoy en día hacen por sí solos estos aparatos gracias a los sensores de peso y movimiento.
Sin embargo, esta ocasión en adn40 te contaremos la historia de Julio Camarena Pérez, un historietista que durante 50 años se encargó de darle vida a los dibujos que ilustraban los cuadernillos que se vendían en cada puesto de periódicos y el cual incluso, fue considerado como pionero en la industria.
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¿Cómo fue la salida de las historietas con las nuevas tecnologías?
En pláticas con adn40 el historicista de 80 años de edad, Julio Camarena Pérez contó cómo fue la llegada de las nuevas tecnologías como la computadora terminaron por costarle su trabajo en la Editorial Mango y Tucán, antes conocida como Ejea.
De acuerdo con lo señalado por el oriundo de Teocaltiche, Jalisco, el adiós de las historietas como se conocían en los años 70, 80 y 90, se fue dando de manera paulatina, pues primero las editoriales les fueron dando las gracias a letristas y coloristas hasta llegar con los dibujantes que le daban vida a las historias contadas por los argumentistas.
Señaló que con la llegada de las computadoras y las nuevas tecnologías, las editoriales fueron perdiendo ingresos y los recursos hasta el grado de cerrar los negocios que tenían más de 50 años en el mercado y aportando la vida cotidiana de millones de personas en el país.
¿Cómo fue el proceso de despido por parte de las editoriales?
De acuerdo con lo explicado por Julio Camarena, durante varios años fue bajando la venta, publicaciones y por ende, el trabajo de todos los que laboraban en las editoriales.
Fueron bajando las ventas, fueron bajando las publicaciones y primero fueron sacando publicaciones de historietas de amor, aventuras, vaqueros, hasta que dejaron de publicar todo
-señaló Julio Camarena Pérez en pláticas con adn40.
Fue hasta hace apenas 11 años, es decir en el 2012, que las editoriales terminaron por cerrar las labores convencionales dejando a decenas de personas sin trabajo y con finiquitos que no iban acorde al tiempo laborado en las empresas.
Tan solo en la planta en la que trabaja Camarena Pérez, se registraron al menos los despidos de 40 dibujantes/historietistas, 15 argumentistas, 10 coloristas y cuatro letristas, los cuales se encargaban de darle vida a los cuadernillos que durante décadas se vendían en todos los puestos de periódicos de la capital y en el resto del país.
Con ello, el dibujante mexicano tuvo que ponerle fin a una profesión que aprendió a amar cuando era pequeño. Julio Camarena Pérez cuenta que justamente en Teocaltiche, Jalisco, se vendían historietas a tan solo 25 centavos, los cuales servían como el ocio de aquella época en el país.
En mi pueblo vendían historietas enrolladas por 25 centavos de aquel entonces. Fue por ellas que empecé a dibujar como pasatiempo (...) Poco después un pariente que vendía maracas con dibujos en la calle, me metió a trabajar con él y así empecé a dibujar desde los 14 años aproximadamente. Vendía maracas con dibujos
-señaló el dibujante.
No fueron sólo los dibujos en estos juguetes típicos de México en los que comenzó a vender sus trazos, pues también señaló que le vendía dibujos de automóviles y personajes a sus compañeros de la escuela. “Me daban su domingo por dibujos de carros y yo me iba re feliz con mis bolsas llenas de monedas”, señaló.
¿Cómo impactó el desempleo tras el cierre de las editoriales?
Económicamente no fue porque afortunadamente tenía mi guardadito y ya le había dado carrera a mis cuatro hijos y un nieto. Me dolió quedarme sin hacer todo lo que llevaba haciendo 50 años
-comentó Camarena Pérez.
Julio Camarena Pérez trabajó desde su casa ubicada en la calle Calle Palmera número 47, Unidad Morelos 3a Sección, Tultitlán, Estado de México, lugar en el cual laboraba en un estudio que habilitó para lograr concentrarse desde las 9:00 de la mañana hasta el momento en el que se ocultaba el sol.
¿Su meta? Poder entregar un promedio de 180 cartones con al menos nueve recuadros ilustrados cada 15 días, por los cuales le pagaban un entre los 35 y 120 pesos por cada hoja que llevaba a las editoriales para las cuales laboraba.
El hoy dibujante de 80 años de edad fue nominado en la terna del Premio Tlacuilo de Oro en 1984, la cual otorga la agrupación de dibujantes, caricaturistas y cuentistas de México. En 1986 fue nominado para el Mejor Dibujante por la Sociedad Mexicana de Historietistas.
El motor de este historietista siempre fueron su esposa Juana Quintero Morín y sus cuatro hijos, Beatríz, Julio, Adriana y Javier Camarena Quintero, los cuales lograron ser profesionistas gracias a los dibujos de Julio Camarena Pérez.
¿Cómo se adapta la historia de Julio Camarena Pérez en la actualidad?
La historia de este historietista mexicano y de decenas de trabajadores que en 2012 pusieron fin a sus carreras, toma relevancia en este 2023 gracias al avance de las nuevas tecnologías, pues hoy vemos que la Inteligencia Artificial está evolucionando y generando el adiós de muchas otras profesiones.
Hoy en día las profesiones que están “de salida” según con los expertos, son la de los diseñadores, los de manufactura y ensamblaje, conducción de vehículos, trabajos de campo financiero, servicio al cliente y muchos otros que gracias a las nuevas tecnologías y la llegada de máquinas inteligentes, pueden desaparecer en un lapso máximo de 10 años en el futuro.
Historietistas, telefonistas, ascensoristas y más, dejaron de existir como profesiones hace varios años. Hoy, las carreras antes mencionadas corren el mismo peligro al cual se enfrentaron decenas de personas y familias, las cuales perdieron el sustento y trayectoria por la modernización y avance de las tecnologías.
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