Estados Unidos vive una crisis de salud pública por el consumo de opioides, el cual comenzó en la segunda mitad de la década de los 90, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, al corte de mayo del 2022 más de 100 mil muertes por sobredosis de fentanilo.
El problema lo generaron médicos y farmacéuticas locales, cuando empezaron a suministrar un medicamento para el dolor sin control, principalmente con el oxycontin, un opioide que se prescribía, prácticamente, sin regulación alguna.
La farmacéutica Perdue Pharma, fabricante del opiaceo es señalada como la responsable de este tipo de adicciones al promover la droga como analgésico.
Autoridades locales inundaron a la firma en los tribunales con más de dos mil 600 demandas, lo que llevó a la farmacéutica a la bancarrota.
Muertes por fentanilo
Las muertes por el uso de opioides sintéticos, sobre todo el fentanilo que es 50 veces más potente que la heroína, registró 58 mil casos en 2020, en mayo de este 2022, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades reportó 107 mil 602 personas fallecidas por el abuso de la sustancia.
Ese problema de salud pública que tuvo un origen legal, comenzó a nutrir una industria ilegal que aprovecharon los cárteles de la droga.
Oferta y demanda de opioides
Afirmar que los narcotraficantes son el origen del problema es una estrategia de distracción, de un sistema omiso, como el estadunidense, que no ha podido resolver el consumo desmedido de sus ciudadanos.
Un ejemplo se dio esta semana, un reportaje del Wall Street Journal muestra como los cárteles de la droga mexicanos elaboran el fentanilo en laboratorios, para después traficarlo a Estados Unidos.
Señala que el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación dominan el mercado ilegal de suministro de fentanilo a la Unión Americana y responsabiliza de ello a México por no frenar el creciente poder de los grupos criminales.
Lo que no dicen en la publicación y los funcionarios estadounidenses, es que mientras haya mercado para el producto ilegal, habrá oferta, no importa de qué farmacéutica o grupo criminal venga.
Un informe de la administración para el control de drogas, la DEA, reconoce que parte del problema se debe a la forma en la que se organiza el narcotráfico estadounidense.
Incluso identifican a capos de la droga con nacionalidad estadounidense que transportan estupefacientes por todos los estados de la Unión, sin embargo, tratan de mantener un bajo perfil, no buscan ser cárteles famosos, como los mexicanos, ni grupos armados que se disputan territorios de cultivo de coca, como en Colombia.
Corrupción en todos los niveles
Aunado a ello agentes de la DEA y especialistas estadounidences reconocen que existe una red de corrupción en todos los niveles que permiten que la droga llegue a ese país.
Se trata de sistema de distribución “mixto” en el que ya no intervienen los cárteles mexicanos, destaca el papel de los brokers, pandillas, mafias locales y clubes de motociclistas dentro del sistema de distribución.
El primer eslabón, es decir, los que pagan por la carga recién llegada, son los narcotraficantes estadounidenses y organizaciones criminales, después, una red de grupos, prestadores de servicios y brokers, distribuyen la droga hasta los mercados en los más de 9 millones de kilómetros cuadrados de la Unión Americana, son los grupos criminales locales y pandillas quienes distribuyen y transportan la droga a nivel minorista.
Esto es lo que no dice la campaña orquestada por funcionarios y medios estadounidenses para evadir su responsabilidad, por años, Estados Unidos ha buscado responsables de sus problemas, en lugar de atenderla y, el caso de las muertes por sobredosis al interior de su país, no es una excepción.
adn40, siempre conmigo. Síguenos en Twitter
lmo