Corea del Norte viola DDHH ¡y culpa a Occidente!

Este 11 de diciembre, Corea del Norte acusó a Occidente de haber cometido violaciones a los derechos humanos a la vez que desestimó los señalamientos que los organismos internacionales sobre estos mismos derechos no solo con ciudadanos sino con turistas.

Este señalamiento ocurrió luego de que la ONU aprobó resoluciones en las que condenó las pruebas nucleares y pidieron a Pyongyang abandonar el programa de armas nucleares.

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Un ejemplo de las constantes violaciones a los derechos humanos es la Guía de Viaje que documentó Vice, en la cual se expone lo que tiene que pasar cualquier persona que desee llegar a este rincón comunista.

El documental esta narrado por Shane Smith, fundador de Vice, quien encontró fascinantes las dificultades que existen para adentrarse en un régimen que parece ser incorruptible.

En este país existen una serie de reglas que de no seguir, resultan ofensivas para el régimen. En general destaca la fuerte presencia militar, el armamento en todos lados y la constante vigilancia; a pesar de ello esto se ha convertido en un espectáculo turístico y a la vez aterrador, pues se habla de miles de militares que están en los campamentos listos para atacar en cuanto sea necesario.

Una limitante constante para los visitantes es no poder viajar con su computadora, celular y ningún tipo de cámara al entrar a Corea del Norte, además de que deben firmar una declaración de que no ingresar ningún tipo de droga y otros objetos prohibidos en el régimen.

Se trata de un control supremacista en todo Corea del Norte, pues ni siquiera se puede transitar en calidad de turista, ya que el régimen tiene total control de lo que se puede visitar, y de lo que se puede ver, incluso existen recorridos turísticos destinados a hacer propaganda contra Estados Unidos.

Uno de ellos es un barco militar Norteamericano que mantienen en calidad de trofeo y en el cual se transmite su propaganda política.

Los recorridos a las ciudades históricas de Corea están relacionados con la “reunificación”, como si esto fuera algo que en definitiva ocurrirá. Todo se trata de un recorrido entre comida y un bombardeo político constante en cada una de las paradas.

Es decir todo está demasiado controlado, una visita a Corea del Norte parece una “coreografía”, es decir, una escena que se repite una y otra vez para los turistas.

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