Café Manrique, la primera cafetería de la Ciudad de México

Café Manrique, la primera cafetería que abrió en la Ciudad de México y cuyo éxito fue tal que Miguel Hidalgo lo visitó para tomar café.

2 minutos de lectura.
Compartir:
Escrito por: Redacción adn40
cafe-manrique-cafeteria-ciudad-de-mexico-and-40.jpg
Foto: Pixel2013/Pixabay

La Ciudad de México es un oasis de comida, ya que aquí podrás encontrar infinidad de sabores para satisfacer al paladar. El café es una de las bebidas más populares en México y en el mundo, pero ¿sabes cuál fue la primera cafetería en México? El Café Manrique fue el primero en abrir y en iniciar la batalla en Tacuba y Empedradillo (Monte de Piedad), contra el monopolio del chocolate, según relata el escritor Salvador Novo.

Café Manrique, la meca de las cafeterías en la Ciudad de México

El Café Manrique abrió sus puertas en el año 1798 y su fama fue tal que incluso el cura Miguel Hidalgo y Costilla se dio cita en este lugar para degustar de una deliciosa taza de café , de acuerdo con Alfonso Sierra Partida. La cafetería perduró hasta inicios del siglo XX, y se encargó del monopolio del cacao; sin embargo, hoy en día no queda nada de él.

A las puertas del Café Manrique se paraban los meseros para invitar a los transeúntes a entrar al lugar y disfrutar de un delicioso café al estilo francés (dulce y con leche), ya que al principio el café se tomaba con leche y azúcar porque su sabor era demasiado fuerte para los paladares.

Gracias al éxito que tuvo el Café Manrique, abrieron otros cafés en calles aledañas como El Progreso, que en 1875 causó revuelo cuando introdujo meseras; el Veroly, en Coliseo Viejo; el Café de la Sociedad (ahora Casa Boker); el Café del Sur; El Bazar, en Espíritu Santo (Isabel la Católica); Café del Cazador, en Mercaderes y Plateros, frente al Palacio Nacional; el Fulcheri, que introdujo a México los helados napolitanos; el Café Cantante del Hotel de Iturbide, donde además de degustar café se disfrutaban de grandes shows.

Los cafés eran los puntos de reunión por excelencia para intelectuales, ya que en estos sitios podían discutir temas de toda índole, además de ser un espacio donde podían socializar escritores, políticos, transeúntes, pensadores y público en general.

De acuerdo con el cronista Luis González Obregón, en 1810 los alrededores de la Plaza de la Constitución ( Zócalo ) se llenaron de puestos de café. Después de la Segunda Intervención Francesa, abrió el Café de la Concordia en la esquina de Isabel la Católica y Madero, con un ambiente más familiar.

Durante el Porfiriato y la inauguración del emblemático Paseo de la Reforma, el corredor se convirtió en el sitio perfecto para las élites de México, de ahí que otros cafés abrieran sus puertas para satisfacer las necesidades de la clase más opulenta del país.

La noticia por todos los medios. ¡Descarga nuestra app !
Jap

¡No te pierdas nuestro contenido, sigue a adn40 en Google News!