Al día, mueren siete mujeres asesinadas en México
La situación en nuestro país y América Latina es preocupante
De acuerdo a un estudio publicado por el Instituto Wanda Taddei en Argentina, más de 57 mujeres en ese país han sido asesinadas en lo que va del 2017. En otros países de América Latina la situación es también alarmante y es que, tan sólo en México, entre enero y febrero, se registró el asesinato de al menos 10 mujeres.
Esta triste cifra, pese a no ser exclusiva de la América Hispana, está en apogeo alrededor de la región. De acuerdo al instituto anteriormente mencionado, de los 25 países del mundo con mayor índice de feminicidios, 24 se ubican en América Latina. Sorprende aún más que la Organización de las Naciones Unidas encontrara que el 98% de este tipo de crímenes no son castigados por las leyes correspondientes.
México y el feminicidio
En 1993, Ciudad Juárez se volvió un tristemente célebre tópico alrededor del planeta por la cantidad de asesinatos de mujeres que se presentaron en la región. Incluso, en el año 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado mexicano por su ineficiencia para resolver los casos de brutal feminicidio de la región.
A veinticuatro años de que se presentaran los incidentes de Ciudad Juárez, la cifra de mujeres asesinadas en nuestro país pasó de cuatro a siete al día. Tristemente, muchos de estos asesinatos no son denunciados debidamente o no son investigados bajo el debido proceso.
¿Podrá disminuir la cifra? De acuerdo al Instituto Nacional de la Mujer, el Estado de México junto con Guerrero, Michoacán y Oaxaca son los estados donde se presentan la mayor cantidad de ataques mortales a mujeres. En algunos municipios de esos estados, se recomienda a las mujeres no salir de sus casas a ciertas horas para evitar la violencia de género.
El problema, sin embargo, podría no sólo estar relacionado a las cifras de feminicidios. Detrás de ellos se esconde el rostro de una cultura patriarcal y machista que se inculca desde los primeros momentos de la educación. La solución es entonces multifacética. Mientras que las autoridades y el Estado juegan un rol de soluciones estadísticas y judiciales, es en la casa y en la escuela donde se deberían de inculcar valores de inclusión para prevenir la violencia.
