Así se vivió la noche de Messi

Corría el segundo 38 del encuentro entre Ecuador y Argentina cuando una jugada entre Romario Ibarra y Roberto Ordóñez pusieron a los albicelestes contra las cuerdas en la Eliminatoria Mundialista, pues con este resultado y el empate entre Colombia y Perú dejaba fuera a Argentina.

Las cosas no lucían bien para los albicelestes, estaban un punto debajo de la clasificación y ya tenían un gol en su contra; sin embargo, nadie se esperaba que Messi traía la estrella que carga todas las noches en el Camp Nou de Barcelona.

Fue así que Lio se puso el equipo al hombro y al minuto 11 abrió un balón para Ángel Di María, que de manera forzada logró colocar el balón a ras de pasto, y llegando desde atrás -como nos tiene acostumbrados en Barcelona- Messi tocó el balón sutilmente con la parte externa de su pie izquierdo para empatar el partido.

Argentina respiraba, lograba igualar a Perú y a Chile en la clasificación: 26 puntos; pero el grande del Barcelona quería lograr el pase a la Copa del Mundo sí o sí. Es por eso que al minuto 19, luego de un mal pase de Di María, el rosarino cachó el rebote del defensa ecuatoriano y entre dos defensores Messi logró colgar el balón al ángulo derecho del arquero para poner el 2-1.

Las cosas iban bien, de hecho iban mejor, Chile perdía contra Brasil y Perú empataba con Colombia, tenían el pase en la mano, pero, un gol de Ecuador podría complicar las cosas.

No se sabe con exactitud qué pasaba por la cabeza por uno de los grandes de la historia del balompié mundial; lo que sí se sabe, es que esa era su noche.

Muestra de ello fue el balón que recibió en 3/4 de cancha con el pecho, lo bajó, lo condujo con la magia y la gracia que lo caracteriza, cortó de en medio hacia la izquierda y entre cinco jugadores ecuatorianos Messi levantó el balón sobre el arquero para poner el 3-1 y sellar una noche de ensueño.

Argentina está en el Mundial de Rusia 2018 y gracias a la magia del uno de los mejores jugadores del mundo, sino es que el mejor, su nombre: Lionel Messi.

En el vestidor la unión se sentía, el color, y en la cara del crack, otra vez la felicidad.

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